Ley de Stokes: principio básico de la producción de vino actual

Como te hemos explicado anteriormente en el blog de STS, las centrífugas cambiaron de manera radical el panorama para los productores de vino, aportando eficacia y un excelente aprovechamiento de todos los recursos que permite obtener un producto final de mucha calidad.

Antes del uso de las centrífugas en los años cincuenta del siglo pasado, el vino sufría por procesos de oxidación, mal olor y otros problemas que terminaban afectando su sabor; algo que hoy en día, después de muchos años de progreso en la tecnología involucrada en la producción de vino, es casi imposible. Vale la pena mencionar que todos estos avances, no hubieran sido posibles sin la Ley de Stokes, un principio básico en la producción de vino actual.

¿En qué consiste la Ley de Stokes?

La Ley de Stokes fue creada por George Gabriel Stokes y explica en qué consiste “la relación entre la fuerza de fricción de una esfera que se mueve dentro de un líquido y otras magnitudes, como puede ser el radio o la velocidad de la partícula”. Esto se refiere a lo siguiente, si una esfera o un cuerpo se mueve a través de un líquido (fluido), deberá superar una fuerza de fricción.

Todo lo relacionado con la centrifugación, está basado en la teoría de la sedimentación regida por la Ley de Stokes, como lo explica César Rivera Triguero del Departamento Enológico e Ingeniería de REDA Ibéricas para el sitio web Tecnovino: “siendo la velocidad de caída de una partícula directamente proporcional a la diferencia de densidades entre fracciones, con la fuerza de la gravedad como causante. Precisamente, para aumentar la velocidad de esta caída, se pone en juego la fuerza centrífuga, definida como aquélla que tiende a separar de su eje de rotación una partícula sometida a un giro de determinado número de revoluciones por unidad de tiempo, siendo ésta de muchísimo mayor valor que la de la gravedad”.

Gracias a esta ley y sus implicaciones físicas, es que el proceso de clarificación del vino es casi perfecto en la época actual, pues se da un proceso de separación más preciso basado en fases por peso; siendo ésta la principal diferencia de las centrífugas con los filtros, que basan el proceso de separación en el tamaño de las partículas.

La Ley de Stokes cambió radicalmente la producción de vino, permitiendo más precisión en el proceso de limpieza de vinos después de su fermentación pero no sólo eso, también aportó más control en la eliminación de levaduras y otros sedimentos involucrados en la producción de vino.

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