
El mundo del vino no sería el mismo sin una centrífuga y todos los elementos necesarios para una producción de calidad. La elaboración del vino es similar al armado de un rompecabezas, si hace falta una pieza, es imposible terminarlo… Lo mismo ocurre con el vino, cuando falta una pieza en el sistema de producción, lo más probable es que el sabor no sea el mejor o que el producto final no tenga la calidad deseada.
Un claro ejemplo de esto, es cómo son utilizadas máquinas centrífugas para el proceso de clarificación del vino. Este es un paso fundamental para que el vino obtenga un gran sabor y sobre todo, mucha calidad; la tecnología de separación es vital para que el rendimiento, pureza y sabor del vino, sean muy buenos.

Las centrífugas también son fundamentales para el tratamiento de turbios y para asegurar que el vino cuente con buen aroma. Si no se utiliza una centrífuga para eliminar los malos olores del vino o para eliminar los residuos que surgen en su producción, la experiencia al consumirlo sería muy diferente a lo que conocemos hoy en día y probablemente, los viñedos y vinos no contarían con la popularidad que tienen en estos tiempos.
De manera general, en la producción del vino, las centrífugas son fundamentales para cualquier proceso donde se necesite aclarar líquidos o separar sólidos; si no se utilizara una maquinaria de este tipo, el mosto permanece en contacto con los turbios más tiempo de lo que lo haría con una centrífuga y esto terminaría afectando la calidad del mismo por el exceso de fenol que siempre está presente en los turbios.
Siguiendo con el mismo ejemplo del párrafo anterior, las centrífugas cuentan con la calidad suficiente para procesar rápidamente los residuos de mosto que tengan un alto contenido de sólidos ¿Qué sucedería si no se procesa esto rápidamente? Los costos de producción serían más elevados, el tratamiento de residuos sería más complejo y al final del día, todos estos detalles conllevan a que se eleven significativamente todos los costos de mantenimiento y limpieza.

En el mundo de vino es normal que se ponga en duda la inversión necesaria para contar con una centrífuga considerando que también existen los filtros rotatorios al vacío; sin embargo, al largo plazo, la inversión vale la pena por todos los costos operativos que simplifican la producción del vino y sobretodo, aumentan la calidad del mismo.
A continuación, te compartimos algunos de los puntos destacados sobre los beneficios del uso de centrífugas para la producción de vino:
● Adiós a las telas filtrantes y materiales similares que aportan poca calidad al proceso de producción. Lo mismo con los coadyuvantes de filtración.
● Modernización del proceso de producción del vino.
● Gasto menor en temas de administración y limpieza.
● Aprovechamiento de los sólidos y mejor trato de los desechos del proceso de producción.
● Una máquina centrífuga ofrece procesos más higiénicos que terminan influyendo en un aumento de calidad del producto final.
● Las maquinarias de este tipo son de acero inoxidable de alta calidad y son resistentes a ácidos y corrosión.
● La centrífuga no sólo mejora el proceso de producción, también ofrece un rendimiento destacado con bajo impacto ambiental.
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